Este es el, archivo de lectura y las actividades
correspondientes a la materia de Historia de 4º Año.
Entrega: El trabajo finalizado deberá
enviarse al siguiente correo samgh1985@gmail.com,
En la entrega debe figurar
Apellido, Nom,bre y Curso del alumno
Todos los alumnos deberán tener las actividades en
sus respectivas carpetas
(NOTA: Este
texto puede seleccionarse totalmente y pegarlo en Word para comodidad del
estudiante)
Profesora Ghersinich Samanta
Tras una atenta lectura
del texto adjunto debe responderse el siguiente cuestionario y completando
también el cuadro
1.
¿Por
qué el trabajador fue adquiriendo importancia? ¿Qué ha conseguido y cómo se ha
organizado?
2.
Explicar
el significado de esta frase: “El mundo occidental avanzaba hacia un sistema
político basado en un electorado cada vez más amplio”.
3.
Definan
los siguientes términos: liberalismo, proteccionismo, división internacional
del trabajo y concentración económica.
4.
¿En
qué consistió la crisis de 1873 y cuál fue su solución?
5.
Definir
Imperialismo con sus palabras y cuáles fueron sus causas.
6.
Completar
el siguiente cuadro:
Definición
|
Ejemplos
|
|
Imperialismo Formal
|
||
Imperialismo Informal
|
7.
¿Qué
justificaciones utilizaron las potencias europeas para llevar a cabo la
dominación de los territorios?
8.
Explicar
por qué se puede considerar a algunos países de América Central y el Caribe
como economías de enclave.
9.
Realizar
un breve texto en los que se relacione los siguientes términos: Desarrollo
industrial- Nuevos mercados- dominio territorial- colonias.
IMPERIALISMO
¿Por qué se produjo el
imperialismo del siglo XIX?
Transformaciones políticas y
sociales del siglo XIX
En
las últimas décadas del siglo XIX, y como consecuencia del crecimiento
industrial, un número mayor de obreros se incorporó al mundo del trabajo
asalariado en fábricas y talleres. Muchos trabajadores comenzaron a organizarse
en defensa de sus intereses y para mejorar las condiciones en las que
desempeñaban sus tareas.
El
desarrollo industrial en distintos países de Europa occidental fue acompañado
con el incremento del número de trabajadores, cuyas condiciones laborales no
mejoraron y por ende, se crearon los
sindicatos. Estos canalizaban los reclamos por las mejoras.
En
Inglaterra, el derecho de asociación se reconoció en la década de 1820, por lo
que los obreros comenzaron a fundar sus primeras organizaciones, aunque fueron
reconocidas oficialmente en 1871. En el resto de Europa las asociaciones se
formaron en las últimas décadas del siglo XIX.
Por
medio de las huelgas y manifestaciones, lentamente, los trabajadores
consiguieron el reconocimiento de algunos derechos.
Durante
este periodo, también se comenzó con el reclamo a la inclusión de un número
mayor de personas en el derecho a votar. El proceso no fue sencillo, muchos
grupos que detentaban el poder en los diferentes países intentaron poner trabas
a la ampliación electoral. En la primera mitad del siglo se establecieron
límites a la capacidad de ejercer el derecho.
Recién
a mediados del siglo XIX, la situación comenzó a modificarse. Por un lado,
porque los gobernantes descubrieron que para gozar de mayor legitimidad debían
contar con el apoyo electoral de una gran masa de votantes. La paulatina
apertura electoral se logró también como consecuencia de que las elites
gobernantes creían que los efectos de la ampliación de votantes podían ser
controlados. Para ello, se implementaron diversos mecanismos. En Inglaterra, la
existencia de la Cámara de los Lores compensaba los efectos democratizadores de
la Cámara de los Comunes; mientras que en el Imperio Alemán, si bien existía el
sufragio universal para los varones, la forma en que se practicaba el voto
intimaba a muchos votantes y aseguraba así el mantenimiento del statu quo.
Cambios económicos
El
crecimiento industrial estuvo basado en la producción a gran escala de hierro.
Carbón y acero. Estos productos se utilizaban, entre otras cosas, para
construir medios de comunicación y transporte (ferrocarriles, barcos a vapor y
telégrafos).
Una
de las consecuencias fue la transformación del mundo de las comunicaciones y el
consiguiente acortamiento de las distancias entre los países. Este proceso
favoreció la integración del mercado
mundial y el intercambio de productos entre diversos Estados y regiones. Muchos
Estados redujeron las barreras aduaneras, acordes a los preceptos del
liberalismo, que sostenía que para que se produjera el crecimiento económico se
debía favorecer la libre circulación de bienes, personas y capitales.
Al
mismo tiempo, los distintos países se especializaron en la producción de bienes
que tenían ventajas competitivas. Así, un conjunto de países (Inglaterra, Alemania, Francia y
Bélgica) se concentraron en la producción de manufacturas, mientras que otros
se concentraron en la producción de materias primas. Este proceso se conoció con el nombre de división
internacional del trabajo.
La
producción de manufacturas produjo un aumento mundial de la producción y, por
lo tanto, la competencia entre esos países por hallar mercados donde vender sus
productos.
A
principio de la década de 1870, el mercado mundial se saturó, lo que genero un
mercado de descenso de los precios. Los empresarios sufrieron drástica caídas
en sus beneficios. A comienzos de 1873, la crisis industrial se hizo evidente.
Muchas fábricas, al no tener donde colocar sus productos, debieron reducir sus
inversiones o cerrar sus puertas. Además, algunos bancos quebraron ante la
falta de pago de los créditos industriales que habían otorgad en la etapa
previa de bonanza económica.
La
crisis de 1873 dio origen a una nueva etapa, la Gran Depresión. El sector agrícola
europeo fue duramente golpeado, muchos campesinos y jornaleros debieron
abandonar sus tierras y emigrar hacia otros países, dando origen a las
migraciones ultramarinas masivas de finales del siglo XIX. Aquellos que
decidieron quedarse, presionaron a los distintos gobiernos para que
establecieran medidas proteccionistas que prohibieran la importación de
materias primas y alimentos. El mismo reclamo se reclamó desde el ámbito
industrial y el de los negocios. El único país que se mantuvo fiel a los
dictados del liberalismo fue Inglaterra, porque su economía dependía
fuertemente de la importación de materia prima y de la exportación de productos
industriales.
La
crisis produjo cambios en la organización industrial. Para reducir la
competencia y aumentar los beneficios, se dio en algunas industrias un proceso
de concentración económica. Muchas empresas ligadas a las industrias de base
(la del hierro y la de acero) y las que utilizaban formas revolucionarias de
energía, como el petróleo y la electricidad, se fusionaron, dando origen a
conglomerados industriales que controlaban gran parte del mercado. Por ende,
las empresas más pequeñas fueron eliminadas y, ya sin competencia, los trusts
podían definir los precios de lo producido como así la cantidad de producción.
Al mismo
tiempo, se produjo una reorganización de la forma de producción para reducir
costos. Esto se conoció con el nombre de su creador Frederick Taylor. El
proceso de producción se parceló en mínimas partes, por lo que el trabajador
solamente realizaba una única tarea, de manera repetitiva y cumpliendo con un tiempo
mínimo, exacto y determinado. Se estableció un sistema de pago
diferenciado, por lo cual el trabajador que producía más recibía mejor paga.
Unos años más tarde, Henry Ford agregaría un elemento a
este proceso productivo: la cadena de montaje.
EL
IMPERIALISMO
Desde
la crisis de 1873, los distintos gobiernos europeos tuvieron como objetivo
lograr el equilibrio de sus economías, lo que llevó a pensar estrategias
políticas. En este contexto, la competencia impulsó una rivalidad por el
control de mercado y que en ocasiones se tradujo en conflictos armados.
Este
fue uno de los motivos que dio origen al imperialismo, entendido como la
conquista de extensas zonas del mundo por las principales potencias europeas.
Antes
de la expansión de las potencia, las misma solo estaban presentes en las costas
africanas. A fines del siglo XIX, África era una importante fuente de materia
prima, estas condiciones fueron las causas de importantes reclamos
territoriales de Alemania, Italia y Bélgica, aumentando las rivalidades entre
los países europeos por el dominio del continente.
Entre los años 1884 y 1885,
representantes de países europeos y los Estados Unidos se reunieron en la Conferencia de Berlín,
ningún representante africano fue invitado; el resultado fue el reparto
del continente entre las potencias imperialistas. El acuerdo aseguró las
posesiones británicas, francesas ya existentes, además contemplo los reclamos
de Alemania, Italia y Bélgica, que hasta entonces no contaban con colonias.
La
expansión colonialista en Asia
En
principio viene motivada por el deseo de las naciones que ya tenían posesiones
en este continente de incrementar su influencia; a esto se añade la acción de
nuevas potencias coloniales como Rusia, Estados Unidos y Japón. Ya se habían
establecido numerosas factorías comerciales en la zona, pero el impulso más
importante a este avance vino propiciado por la apertura del Canal de Suez en
1869, que sirvió sobre todo para facilitar las relaciones con la India,
importantísima colonia británica, símbolo de su Imperio.
En
general, las grandes potencias buscaban en este continente fomentar sus
intereses económicos y financieros, por lo que el protectorado fue la forma más
difundida y aceptada de administración colonial. Dentro de este proceso
penetración imperialista en Asia, distinguimos asimismo una serie de
rivalidades internacionales, que se resuelven mediante conflictos bélicos, o
bien a través de acuerdos o tratados de reparto. También existieron rivalidades
económicas entre las potencias europeas, motivadas por el afán de repartirse
China; a través de una política de concesiones, zonas de influencia y
territorios en arriendo, éste país quedó sometido a los intereses imperialistas
de las potencias occidentales.
El
imperialismo de los Estados Unidos
Mediante una
política imperialista, de corte económico y financiero, ejercieron un amplio
control sobre los Estados Latinoamericanos sin necesidad de realizar una
conquista directa y perdurable. Se aplicaba así una particular versión de la
doctrina Monroe (“América para los americanos”) que se traducía en una realidad
basada en América para los Estados Unidos.
El potencial
económico de los Estados Unidos le permitió realizar la expansión territorial
que marcó las líneas de su política colonial. En primer lugar, podemos decir
que el imperialismo norteamericano colonizaba las zonas próximas: América
Central, América del Sur y El Caribe. Fue un neocolonialismo prematuro al
ejercer sobre estos territorios una sumisión económica a su conquista o control
político. En este sentido utilizaron a los gobiernos débiles y corruptos sometiendo
a las oligarquías caciquiles locales a sus intereses, formando así la llamada
área del dólar.
Fue bajo la
presidencia de T. Roosevelt (1901-1910) cuando se perfiló la política
iberoamericana de los Estados Unidos, definida por él mismo como de
big-stick (“gran garrote”): según esta, los estadounidenses tenían la
misión de proteger al resto del continente americano por mera necesidad de
supervivencia y por la inmadurez de los protegidos, realizando una política muy
intervencionista en zona.
El
imperialismo japonés
Las causas del imperialismo japonés hay que buscarlas
en la falta de materias primas para su industria y en la necesidad de ampliar
sus mercados exteriores. A sus afanes coloniales no pudieron oponerse ni chinos
ni rusos. El gran desarrollo interno de Japón fue debido a las reformas de la
revolución Meiji, que hicieron posible a su vez, su política, expansionista.
Este imperialismo provocó la Guerra Chino–Japonesa (1894-1895), por la que
Japón se apoderó de Formosa, y tuvo como consecuencia la independencia
de Corea (poblada en buena parte por japoneses).
Por otro
lado, el afán expansionista de Rusia y Japón, en el norte de China y la
península de Corea, desencadenó la guerra ruso-japonesa (1904-1905). La
victoria de Japón obligó a Rusia a renunciar a sus pretensiones en China y
permitió establecer el protectorado japonés sobre Manchuria, Corea (anexionada
definitivamente en 1910) y Port Arthur.
Las
justificaciones del imperialismo
Las potencias europeas esgrimieron un conjunto de
motivos que ayudaron a justificar el dominio que impusieron a distintas zonas
del globo.
Aunque existían razones económicas que impulsaban la
ocupación de otros territorios, estas no fueron las únicas motivaciones para la
expansión. En algunos países, había un fuerte convencimiento de que la
expansión imperialista podía justificarse por razones civilizatorios. Los
europeos creían que era su obligación, en tantos pueblos
civilizados, educar a las poblaciones colonizadas (se las consideraban
inferiores) y brindarles un conjunto de valores occidentales. Estos valores
eran la religión católica, la moral occidental, el decoro y la laboriosidad,
necesarios para erradicar prácticas de los nativos, considerados salvajes y
atrasados.
Esto se asentaba en la creencia de la superioridad
racial del hombre blanco. La idea
del racismo científico se basaron en el desarrollo que durante
este periodo alcanzaron las ciencias naturales y en articular la teoría se la
selección natural de Charles Darwin.
Otro motivo a favor del imperialismo estuvo asociado
al desarrollo que adquirió dentro de Europa el nacionalismo como movimiento
político. Cada vez más, los grupos gobernantes asociaron la grandeza de sus
respectivas naciones a su capacidad para convertirse en una potencia. Y esto
significó imponer sus deseos e intereses sobre otro conjunto de territorios,
tanto de manera directa como indirecta.
Imperialismo
formal e informal
El termino
imperialismo se aplica al proceso que consistió en el dominio político y
económico establecido por un conjunto de países (potencias) sobre otros (colonias),
esta relación adquirió diferentes formas. Algunos países establecieron un dominio
formal sobre territorios que controlaban, sobre todo en el sudeste
asiático y en el continente africano. Por ejemplo los ingleses controlaban la
India y diversas colonias africanas. En este caso, al comienzo la mayoría de
los territorios fueron incorporados como protectorados, pero al tiempo todos se
convirtieron en colonias dependientes del Ministerio de Colonias.
Francia, segunda potencia imperialista, centró sus
dominios coloniales el África. En 1895, el gobierno francés instituyó el África
Occidental Francesa, que comprendía loa territorios de Mauritania, Senegal,
guinea, Costa de Marfil, Níger, entre otros territorios. En 1910 se organizó
África Ecuatorial Francesa, todos dependían del Ministerio de Colonias.
Durante esta etapa, hubo otra forma en la que se
desarrolló el imperialismo. Algunas potencias extendieron su influencia
económica y cultural sobre otros países que formalmente eran independientes.
Esta forma de control se conoce como imperialismo informal.
El caso más importante es el de EEUU, que había
extendido su influencia sobre algunas zonas del océano Pacifico: en 1887 compró
Pearl Harbor que lo convirtió en una base naval y luego anexo el archipiélago
de Hawái. La otra zona fue el Caribe, EE.UU. colaboró en las guerras de
independencia de Cuba y Puerto Rico contra los españoles. Ambos lograron su
independencia, pero Puerto Rico se convirtió en un país dependiente de EEUU,
Cuba se convirtió en independiente. El gobierno estadounidense logro que se
sancionara una constitución cubana incluyendo una enmienda (Enmienda Platt),
que reconocía el derecho de intervención de EEUU en el territorio cubano. Esto
significaba que los intereses comerciales estadounidense se vieran perjudicados
podían intervenir en la isla. A su vez también consiguió una porción de
territorio, la bahía de Guantánamo, que se convirtió en una base militar.
Consecuencias
del imperialismo
Económicas: • Se construyen obras de infraestructura y vías de
comunicación sobre paisajes naturales. (Canal de Suez y Panamá)
• La producción industrial capitalista arruinó la
producción artesanal nativa y sus incipientes formas de industrialización.
• División
económica mundial, el de los países que dominan la economía mundial y
constituyen el centro del sistema capitalista, que organizan la economía de los
países independientes; otro, los de la periferia descendientes de los
anteriores, cada vez más lejos de iniciar su desarrollo.
Políticas:
• Las potencias coloniales consiguen aumentar su poder e influencia en el
mundo.
• Se produjo un clima de desconfianza que culminó en
la Paz Armada y en el sistema de alianzas.
• La gran expansión del imperialismo finaliza con la I
Guerra Mundial.
Sociales:
• Utilización de la mano de obra nativa, gratuita o a muy bajo precio.
• Segregación racial y falta de respeto por las
realidades de la vida propias de los nativos.
• Mejoras sanitarias aportadas por los europeos hacen
disminuir las epidemias, reduciendo las tradicionales altas tasas de
mortalidad.
• Imposición colonialista de las estructuras sociales
propias de la sociedad capitalista, destruyendo la mayoría de las formas de
organización social nativa.
• Aparece una
alta burguesía y, sobre todo, una burguesía media de funcionarios y
profesionales, y un incipiente proletariado que coexisten con una gran masa de
campesinos.
Culturales:
• La cultura dominante de los colonizadores adoptó unas formas de superioridad
que se manifiestan con el desconocimiento y el rechazo de las culturas
indígenas.
• Se produce una europeización de países y
continentes, por medio de la cultura, idiomas, formas de vida, religión, etc.
Los misioneros tuvieron un papel relevante en este proceso.
• Tiene lugar un retroceso de la cultura tradicional y
de las lenguas autóctonas, lo que provoca un desarraigo cultural de la
población indígena (aculturación)
Bibliografía: Historia, La Argentina y el resto del mundo (primera mitad del siglo XX);
Ed. Sm, 2012.
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