Vamos a trabajar este TP a partir del artículo de Página 12 llamado “Leprosos y
Pestíferos”, para profundizar un poco más sobre los cambios sociales que se
introducen a partir de la aparición masiva de una enfermedad. En pos de la
salud pública, los brotes de enfermedades llevan a nuevas organizaciones en las
sociedades (hoy día lo vivimos en vivo y directo con los protocolos de
aislamiento por el COVID19). Ahora bien, hubo en la historia otras pandemias,
que dieron lugar a nuevas formas de organización y control social impuestas por
los Estados. Las medidas tomadas entonces, condujeron a cambios radicales en la
cultura, que no sólo sirvieron a los fines de combatir las enfermedades, sino
que se quedaron para dar nuevas formas al funcionamiento social.
Les
propongo pensar las siguientes preguntas, en relación con el artículo
periodístico:
1. Describir
brevemente cuáles fueron las medidas que adoptaron los Estados ante el brote de
lepra, y cuáles para afrontar la peste.
2. En
base a las estrategias de seguridad mencionadas en la anterior pregunta, pensar
a cuál de los modelos (peste o lepra, o bien ambos) responden los protocolos y
las medidas adoptadas para la pandemia actual de COVID19. Fundamentar.
Para
continuar el TP, seguimos con el texto que les adjunté, “Salud Mental. Primer
TP”. En el mismo, también vemos cómo las enfermedades orgánicas, mentales, los
problemas morales (llamados así inicialmente), dieron lugar a otra forma de
organización social, basada en la apertura de las instituciones cerradas. En nuestro
caso, hablamos del Hospital General y
los asilos para alienados, luego transformados en Hospitales Psiquiátricos.
Aquí la tarea será, luego de leer atentamente el texto, reflexionar sobre los
siguientes puntos:
1)¿Cómo
intervino inicialmente el Estado Moderno
en relación con la aparición de la figura del “alienado”?
2)¿Cómo
definió el alienismo al sujeto alienado? Si bien las definiciones de la locura
mutaron con el tiempo, ¿Qué encuentran en esa definición que hoy día se
mantenga en relación con el “enfermo mental” o “el loco”?
3)Volviendo
al artículo periodístico, ¿a qué estrategia de seguridad comunitaria
corresponde la aparición de los hospitales y asilos de alienados? Fundamentar.
TEXTOS PARA LEER
Leprosos y pestíferos
La etimología de “seguridad” proviene del latín securitas, que nombra la cualidad del
cuidado de sí (se curare). Mientras que en la ciudad medieval amurallada el
peligro se encontraba afuera, extramuros, en las ciudades modernas lo peligroso
se halla en la propia urbe. Foucault ejemplificaba la génesis del miedo en la
ciudad y la gestión de la seguridad con las estrategias empleadas frente a dos
grandes epidemias que acompañaron la historia occidental: la lepra y la peste.
Mientras que la lepra se combatió con la segregación fuera de la ciudad, la
peste de la Europa de los siglos XIV y XV se afrontaba disciplinando a la
ciudad, estableciendo un sistema de control exhaustivo de personas, bienes y
animales. Y es que “el exilio del leproso y la detención de la peste no
llevan consigo el mismo sueño político. El uno es el de una comunidad pura, el otro
el de una sociedad disciplinada. Dos maneras de ejercer poder sobre los
hombres”. Pero estas dos estrategias de seguridad, la segregación y la
disciplina, no son en absoluto incompatibles.
Es
así que en las grandes ciudades se instala el peligro y el miedo, y este cambio
se refuerza en el siglo XIX, cuando la multitud comienza a ser vista como
potencialmente peligrosa. Entonces, las instancias informales de control social
de las sociedades preindustriales son sustituidas por las agencias de control
formal: la policía, los juzgados y las cárceles. El peligro ya no lo encarnan
las bestias o las catástrofes naturales, sino otros ciudadanos.
Fuente: Diario Página12
SALUD
MENTAL. PRIMER TRABAJO PRÁCTICO.
Siguiendo
en la línea de las concepciones de Salud y Enfermedad vistas hasta aquí,
empezaremos a trabajar qué entendemos por Salud y Enfermedad Mental. Estos dos
últimos conceptos son relativamente “nuevos”, puesto que, en principio, no hay
un estatuto de enfermedad para la
locura, de hecho, se trata de una noción moderna.
Hasta
los comienzos de las prácticas de la Psiquiatría naciente hacia fines del siglo
XVIII, no existía el “loco”. Por las calles circulaban quienes anticipaban la llegada del anticristo y el apocalipsis, pero no eran “locos” sino
“profetas”. En la Edad Media, miles de mujeres fueron quemadas en las hogueras,
acusadas de “brujas”, siendo que se trataba de mujeres con accesos agudos de
histeria, psicosis o esquizofrenia.
La
locura como hoy podemos entenderla, comienza a tomar forma en la sociedad
burguesa naciente de fines del siglo
XVIII, en Europa, más precisamente en Francia. A poco de la Revolución
Francesa, con la caída de la monarquía absoluta y el nacimiento de los Estados
Soberanos Democráticos (República), la sociedad en su totalidad fue cambiando
su forma de organización. Los pobladores, dejan de ser súbditos del Rey, para
ser “ciudadanos”. Dada esa necesidad de los nuevos estados de organizar los
espacios y las funciones de la población, y en pos de tener un mayor control
sobre la ciudadanía, empiezan a aparecer en escena una serie de instituciones
que hasta hoy día se mantienen en pie, y que agrupan sujetos de acuerdo con
determinadas características. La primera de estas instituciones, es la cárcel.
En ellas, se encuentran los sujetos que representan un potencial peligro para
la sociedad, dado que han cometido efectivamente algún acto en contra del orden
público. Se trata de los “delincuentes”, y la cárcel los agrupa. La cárcel
moderna es el prototipo de un nuevo modo de orden social, que desarrollaremos
posteriormente, cuando nos corresponda hablar del ejercicio del poder.
A
partir de la puesta a punto de este espacio de control social, otras
instituciones cerradas empiezan a cobrar protagonismo, pues suponen un tipo de
sujeto nuevo en la sociedad. Así como las cárceles agrupan a los delincuentes, aparecen
los Hospitales Generales, agrupando a los enfermos, y a los especialistas para
curar enfermedades (médicos y enfermeros) las escuelas (escolaridad
obligatoria), agrupando a niños/as y jóvenes estudiantes, así como a la figura
del/la docente.
Ahora
bien, también surge una figura completamente nueva, a la cual también le corresponde
una institución cerrada; tiene varios nombres: hablamos del “asilo”,
“hospicio”, o, el más famoso, el “manicomio”. En el mismo, se agrupan personas
cuyos comportamientos se corresponden con un nuevo tipo de paradigma (modelo),
que ya no habla de profecías ni brujerías, sino de lo que los primeros
especialistas llamaron “ALIENACIÓN”. Bien, el asilo agrupaba a los alienados, y
a quienes se ocupaban de sus tratamientos: los alienistas (más tarde llamados
“psiquiatras”). La locura entendida como alienación, suponía un sujeto,
justamente, “alienado”: un sujeto “fuera de sí”, sujeto que no puede “poseerse
a sí mismo”. Así entendida la cuestión, la alienación no implica un problema de
salud, ni una enfermedad, sino que su origen es “Moral”. Para los alienistas,
el alienado conserva un resto de razón, y se trabaja con el mismo, para
recuperarla en su totalidad. El tratamiento que llevaban a cabo, fue llamado
“tratamiento moral”, y estaba fundamentalmente basado en la alienación del
paciente a la figura de su médico, esto es, a la entrega total de tal sujeto a
la figura del alienista. Esa fuerte entrega, posibilitaría la recuperación de
la razón y la moral perdidas. Los métodos de tal tratamiento fueron
cuestionados posteriormente, y progresivamente modificados, por ser considerados
crueles: baños con agua helada, caminatas muy extensas cuesta arriba,
aislamiento total sin ningún contacto humano por muchos días. Un importante
detalle en este marco, es la estrecha relación entre el alienismo y las
ciencias jurídicas. Esto implicaba que el alienado que llegaba al asilo, era
despojado por el Estado de sus bienes materiales, porque dado que “no se posee
a sí mismo”, no puede poseer nada, al menos hasta recuperar la totalidad de su
razón. Esta intervención estatal fue considerada un exceso con el paso del
tiempo, y luego fue descartada.
Ahora
bien, hasta aquí, la alienación. Hubo un quiebre en la historia en cuanto a la
locura, y fue en el año 1820, cuando se practicó de manera legal la primera
autopsia, en manos de un reconocido médico francés de aquella época, de
apellido Bayle. La aclaración de “legal”, es porque desde hacía muchos años las
autopsias se practicaban, incluso siglos atrás, pero de manera profana y por
fuera de la ley, tratándose en ese entonces de una práctica severamente
castigada.
Bayle
fue el responsable de la primera habilitada por la ley, y sobre el cuerpo de un
paciente que había muerto en un asilo de alienados. Su descubrimiento cambia
radicalmente la manera de entender los padecimientos mentales. Encuentra una
importante inflamación de las meninges (membranas que recubren el cerebro),
ubicandola como causa de muerte, y, además, como causa de la locura. Es
entonces que la alienación adquiere estatuto de “enfermedad” propiamente dicha,
con base y causa orgánica, en un tejido enfermo. Alienación pasa a denominarse
entonces “enfermedad mental”, con causa y base en el cuerpo, dejando de
tratarse de un problema “moral”. El alienista deja lugar al médico Psiquiatra.
Y el alienado, se transforma en el “enfermo mental” o “loco”.
Nace
así la Psiquiatría moderna. Se hicieron enormes clasificaciones de enfermedades
mentales, basadas en la observación y tratamiento con pacientes en los
hospicios. Se constituyó como una importante disciplina médica, que fue sufriendo
mutaciones en sus formas de entender la locura, así como fue testigo de los
grandes cambios históricos de las enfermedades/padecimientos mentales. La
sociedad cambia, la locura también cambia con ella.
Fecha límite de entrega: Miércoles 20 de
Mayo. Si algo del material bibliográfico y la tarea llegan a resultar
complejos, por favor escríbanme. Voy a abrir la casilla todos los días para
aclarar las dudas que puedan surgirles.
Clase por Zoom: Jueves 21 de Mayo, 18hs. ID 204 869 5412. Contraseña 928700.
Importante asistir, chicxs. Lxs espero!!
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