viernes, 3 de abril de 2020

GRAN GUERRA (Apunte 2 - Historia - 4° Año)

Fin del siglo y clima de ideas

Durante gran parte del siglo XIX, el liberalismo fue la ideología dominante en las sociedades occidentales. Así, garantizar los derechos civiles y políticos, las libertades de acciones individuales y la limitación de la intervención del Estado en los asuntos económicos se había convertido en un programa amplios sectores sociales europeos, en especial de las clases medias. Pero en la medida en que el programa político del liberalismo se impuso en parte del continente, nuevas fuerzas ideológicas salieron a su cruce. Entre ellas, la más importante fue el nacionalismo.

El nacionalismo
En el siglo XIX, los Estados europeos, tanto monárquicos como republicanos, fueron incorporando lentamente la idea de nación como el elemento en el que reposaba la soberanía y la unidad de la comunidad que habitaba en un territorio. Desde entonces, los países se preocuparon por identificar cuáles eran los factores que definían su propia identidad nacional.
Como muchos Estados coexistían diferentes idiomas, los gobiernos se propusieron consolidar una única lengua nacional a través de la acción de academias oficiales que definieron reglas gramáticas, ortografía y vocabulario aceptado. A su vez, ciertos idiomas que no alcanzaron el estatus de lengua nacional se definieron como dialectos.
Otro de los elementos que ayudaron a afianzar a la nación como base de legitimidad de los Estados fue la construcción mítica de un pasado nacional. En ese sentido, la historia se convirtió en una disciplina científica clave. A partir de la acción de los historiadores, se intentó recuperar y valorar elementos que funcionaran como “símbolos” de la existencia de la nación. Pero el proceso de construcción de este nacionalismo estatal no fue lineal. Por un lado, surgieron resistencias que se transformaron en reclamos nacionales; por ejemplo, esto fue lo que ocurrió con la aparición de los movimientos nacionalistas vasco o gallego en España que, a su vez, se vincularon con el reclamo de un territorio propio y, por ende, de la independencia. Por otro lado, la idea de nación también resulto un elemento aglutinante para ciertos sectores. Así, surgió un nacionalismo de derecha, marcado por la xenofobia, la belicosidad, el reforzamiento del patriotismo y de la identidad racial y étnica, el antisemitismo y el desprecio por el socialismo.

La “Paz Armada”
Las grandes potencias que controlaban el mapa mundial comenzaron a modificar las relaciones entre sí, lo que derivó en un clima de tensión internacional. Este periodo se lo conoce con el nombre de paz armada, es uno de los elementos considerados como causa de la Primera Guerra Mundial.
Todos los países involucrados participaron de una carrera armamentística de enormes dimensiones. Este fue potenciado por el avance tecnológico e industrial, en particular de la química (explosivos y gas venenoso). Además se desarrollaron morteros, lanzallamas, ametralladoras, fusiles de repetición, tanques de guerras y submarino.
La preocupación para un posible conflicto fue cada vez más costosa. Los Estados invertían mucho dinero en armamento, a fin de que no quedar relegados con respecto a sus rivales.
  
Las Alianzas Internacionales
Entre 1872 y 1890 las relaciones internacionales europeas estuvieron marcadas por la preponderancia de Alemania. Su canciller, Otto Von Bismarck, intentó mantener no obstante una política de equilibrio entre las potencias, que incluía el aislamiento de Francia.
El país galo era percibido por las potencias más conservadoras como el inspirador de las ideas revolucionarias que atentaban contra el principio de autoridad monárquica y el orden tradicional. La política bismarckiana recibió el nombre de “Realpolitik” (“Política pragmática”) y se llevó a la práctica mediante un complicado entramado de alianzas que es conocido como "Sistemas bismarckianos"
A partir de 1890, tras el retiro de Bismarck, el kaiser (emperador) Guillermo II tomó personalmente las riendas de la política exterior germana, modificando la del viejo canciller.
Ya no se trató solamente de aislar a Francia, también se pretendió rivalizar con el Imperio Británico, apoyándose en la construcción de una potente marina de guerra. Es lo que se conoce como “Weltpolitick”.
Las relaciones entre las potencias se fueron haciendo cada vez más rígidas y surgieron tensiones que se acrecentaron con los problemas coloniales. La situación propició la formación de alianzas o pactos de carácter político-militar cuyo fin fue proteger a los estados integrantes en una eventual contienda bélica. 

Las dos principales fueron:
· La Triple Alianza: Se formó en 1882 promovida por el canciller alemán Bismarck. Estuvo constituida por AlemaniaAustria-Hungría e Italia. Sin embargo esta última no cumplió sus compromisos cuando estalló la guerra y en principio se mantuvo neutral hasta intervenir más tarde como miembro del bando contrario. A lo largo del conflicto nuevas potencias se adhirieron a este bloque: Turquía (octubre de 1914) y Bulgaria (octubre de 1915)
·La Triple Entente: Se creó en 1907 y sus integrantes fueron Francia, Gran Bretaña y Rusia, a las que se añadió más tarde Serbia. Se conoce también con el nombre de los “aliados”. Los precedentes de esta liga hay que buscarlos en la “Entente Cordiale” de Francia y Reino Unido, instituida en 1904. Durante el conflicto se incorporaron Bélgica (atacada por Alemania); Japón(agosto de 1914) aspirante a arrebatar a Alemania sus colonias del Pacífico y sustituir su papel de potencia imperialista en China; Italia (mayo de 1915); Rumanía (junio de 1916), Portugal (marzo de 1916); Estados Unidos (abril de 1917); Grecia (junio de 1917); también fue el caso de China y varios estados latinoamericanos.

Las razones que llevaron a la formación de alianzas fueron:
Los recelos británicos ante el incremento del poder económico y militar de Alemania, empeñada en la construcción de una potente flota de guerra que estuviese en condiciones de competir con la del Reino Unido.
Los intereses contrapuestos de Alemania y Francia en Marruecos que originaron serios conflictos diplomáticos en 1905 y 1911 ("Crisis marroquíes").
El apoyo ruso a Serbia, país independiente desde 1867, que aspiraba a conseguir los territorios de Bosnia-Herzegovina, anexionados entre 1908 y 1909 por el Imperio Austro-Húngaro. Rusia, vinculada a Serbia por estrechos lazos de carácter étnico y una común condición de pueblos eslavos anhelaba liderar un proyecto de unificación "paneslavo".
La preocupación de Austria por el creciente nacionalismo serbio, al que deseaba anular militarmente.

LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Las causas de la Primera Guerra Mundial
La Gran Guerra no tuvo un único desencadenante. Varios factores incidieron en su gestación. En el último tercio del siglo XIX, las principales potencias europeas destinaron una gran cantidad de dinero a la producción de armamentos y, al mismo tiempo, reforzaron su sistema de alianzas internacionales. Para la década de 189p, se había reforzado la Triple Alianza, integrada por Austria-Hungría, el Imperio Alemán e Italia, mientras que en la segunda mitad de la década de 1900 se consolidó la Triple Entente entre Rusia, Gran Bretaña y Francia.
Pero estos agrupamientos y alianzas no fueron los únicos motivos que explican el comienzo de la conflagración. Para comprender este proceso, es necesario prestar atención a una serie de factores y conflictos puntuales, algunos de los cuales se explicarán a continuación.


Las crisis del Imperio otomano
Desde fines del siglo XIX, el imperio Otomano ocupaba territorios en Asia, África y los Balcanes, en Europa. El sultán turco tenia, por lo tanto, control sobre una gran zona poblada por habitantes de muy diferentes orígenes culturales y religiosos. En las primeras décadas del siglo, el imperio sufrió una serie de contratiempos. Por el tratado de San Stefano (1878) y el Congreso de Berlín, luego de la derrota sufrida por los otomanos en su guerra frente al imperio Ruso, los territorios balcánicos fueron reorganizados, Bulgaria obtuvo su independencia, al igual que Rumania, Serbia y Montenegro, mientras que otros pasaron a formar parte de Rusia. Austria obtuvo la administración de Bosnia-Herzegovina y Chipre bajo el control de los británicos.
Esta situación demostró la debilidad del imperio Otomano y la importancia que para las distintas tenía la zona de los Balcanes. Así, las potencias europeas buscaron ejercer sus influencias políticas y económicas en la región.
En las décadas siguientes, otro motivo de alarma se produjo en las fronteras del imperio, surgió el movimiento de Jóvenes Turcos organizado por un grupo de oficiales del ejército, intelectuales y miembros de la burocracia, que buscaba llevar adelante una serie de reformas políticas que modernizaran al Estado. Una serie de enfrentamientos que culminó, en 1908, con el derrocamiento del sultán Abdul Hamid II y su reemplazo por Mohammed V, quien se convirtió en la cara visible del poder que tuvieron los Jóvenes Turcos.

Las guerras en los Balcanes
En 1908, Austria-Hungría con el apoyo de Alemania, se anexionó el territorio de Bosnia-Herzegovina, como una forma de consolidar su situación en la zona balcánica. Ante esta situación, Serbia, Estado que consideraba  que todos los territorios con población eslava en la zona debían quedar bajo su control, profundizó su acercamiento a Rusia.
Cuatro años más tarde, se formó la Liga Balcánica, integrada por Serbia, Montenegro, Grecia y Bulgaria. El objetivo era expulsar a los otomanos de la región para luego repartirse los territorios que les arrebataran. Esta situación condujo a la Primera Guerra de los Balcanes (1912-1913), que culminó con la victoria de la Liga sobre los otomanos, tras la contienda, Macedonia fue repartida entre Serbia, Bulgaria y gracia, mientras que secretó en la región un nuevo Estado: Albania. Los límites entre los nuevos Estados eran inestables y la influencia de Austria-Hungría en la zona crecía cada vez más.
Los conflictos fronterizos llevaron a tensiones entre los países, que derivaron en un nuevo enfrentamiento bélico en 1913. Los principales contendientes fueron Bulgaria por un lado, Serbia y gracia, por otro. Estos últimos con el apoyo de Rumania y Turquía, resultaron victoriosos, y Bulgaria perdió territorios.
Serbia  vio reforzada su posición, pero no logro su ansiada salida al mar. Entretanto, Alemania y Austria perdieron su principal aliado en la región, el imperio Otomano, que quedó sin territorios en Europa.
  
Los conflictos dentro del Imperio Austro-Húngaro
 El imperio se conformó en 1867, cuando Austria reconoció a Hungría como un estado autónomo dentro del Imperio y le concedió un Parlamento propio.
El emperador, Francisco José, debió enfrentar una gran cantidad de conflictos ligados a las particularidades del imperio. Era este un territorio muy extenso en el que convivían diversas minorías étnicas que reclamaban por sus derechos; entre ellas, los húngaros, los eslovenos, los croatas, los serbios, los polacos, etc.
Tanto el parlamento austriaco como el húngaro resolvieron de manera diferente el problema de las minorías nacionales. Dentro del primero, las minorías recibieron un reconocimiento, en la medida en que obtuvieron representantes. Por este motivo, los gobiernos austriacos eran de coalición. Los húngaros resolvieron de manera diferente, dentro de sus fronteras se disolvieron las leyes que garantizaban los derechos lingüísticos a las minorías y estableció la lengua magiar como único idioma permitido.

El dominio colonial en África
El Congreso de Berlín había delimitado las conquistas territoriales en África entre los distintos países europeos. Pero esto no implico la finalización del conflicto, sobre todo en la zona occidental del continente, donde se produjeron tensiones entre los países por la demarcación de las fronteras.
Una de las tensiones más significativas se produjo en 1898, cuando Francia como Gran Bretaña comenzó a construir líneas de comunicación entre sus respectivas colonias. Cuando ambas potencias se encontraron en el sur de Sudán, comenzaron los conflictos que no llego a hacer armado.
Entre 1905 y 1906, se produjo otra situación críticas, esta vez Francia y Alemania por el estatuto de, Marruecos, región sobre la cual los franceses mantenían su influencia. El pronunciamiento del káiser alemán a favor de la independencia marroquí y la movilización tropas germanas motivaron la Conferencia de Algeciras (1906), en la que Francia y España se repartieron el protectorado de marruecos. Cinco años más tarde, el envió de un buque alemán al puerto marroquí de Agadir desencadenó la segunda crisis marroquí entre Francia y Alemania, pero la rápida acción de la diplomacia europea evitó el estallido de un enfrentamiento armado.

El atentado al archiduque Francisco Fernando
En junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono de Austria-Hungría, inicio acompañado de su esposa una visita a la provincia imperial de Bosnia-Herzegovina. El 28 de ese mes, mientras recorrían la ciudad de Sarajevo, el archiduque y su esposa sufrieron un atentado que les costó la vida. La responsabilidad del atentado fue atribuida a la organización nacionalista serbia “Mano Negra”, y su autor fue uno de sus miembros, Gravilo Princip.
El atentado disparó el sistema de alianzas en Europa. A comienzo de julio, Austria-Hungría, con el apoyo de Alemania, exigió a Serbia el esclarecimiento del hecho y, a fines de más, envió un ultimátum al gobierno serbio.
La repuesta de este no se hizo esperar: alegando la violación de su soberanía nacional, decidió la movilización parcial de sus tropas, lo que llevo a una ruptura diplomática entre ambos Estados. El 25 de julio, Rusia decidió apoyar a Serbia y, tres días más tarde, el imperio Austro-húngaro le declaro la guerra a Serbia. A su vez, Alemania lanzó un ultimátum a Rusia, exigiendo la suspensión de la movilización de sus tropas en apoyo a Serbia y, también, envió una notificación al gobierno francés para que, en caso de que se iniciara una confrontación entre Alemania y Rusia, Francia se mantuviera neutral. Como el gobierno ruso no respondió, el 1º de agosto Alemania le declaro la guerra a Rusia y, dos días más tarde a Francia. Ante la invasión alemana a Bélgica, Gran Bretaña decidió intervenir en el conflicto en defensa de Francia. En la segunda semana de agosto de 1914, Francia y gran Bretaña declararon la guerra a Austria-Hungría, mientras que este hizo lo propio con Rusia. Así se inició la primera guerra europea a escala continental: la Gran Guerra.


La Gran Guerra (1914-1918)

La Primera Guerra Mundial involucro a las principales potencias europeas durante cinco años. Como ha señalado el historiador François Furet, esta fue una guerra de carácter democrático, en la medida en que involucró al conjunto de la sociedades de los países contendientes; fue industrial, en la medida que la tecnología y la industria de armamento desarrolladas en las décadas previas tuvieron un rol decisivo en la contienda, y fue también una guerra patriótica, marcada por la rivalidades nacionales, por lo que la lucha en defensa de su propia nación se transformó en un elemento central. Dadas estas condiciones, una vez desatado el conflicto solo podían existir para los involucrados dos resultados posibles una completa victoria o una derrota absoluta.


Los contendientes
 La guerra enfrentó a las dos grandes alianzas organizadas entre fines del siglo XIC e inicios del XX; por un lado los Imperios Centrales (Austria-Hungría y Alemania); y por el otro, la Triple Entente, formada por Gran Bretaña. Francia y Rusia. Alineada junto a este último grupo se encontraba Serbia.
Cada uno de los bandos buscó distintos países como aliados. Japón declaró la guerra a Alemania, pues quería ampliar su zona de influencia sobre el norte de china, donde los germanos tenían una concesión territorial. Italia, que al principio se mantuvo neutral, apoyó la Triple Entente a partir de 1915, pues en el Pacto de Londres , logró la promesa de que tras la guerra obtendría ciertos territorios del Imperios austrohúngaro, a cambio de su apoyo a la coalición. Otro de los países que la apoyaron a lo largo del conflicto fueron Rumania, Grecia y, a partir de 1917, Estados Unidos. Por su parte, los Imperios Centrales, lograron el apoyo de Bulgaria y Turquía.

Los primeros ataques
Al inicio, las estrategias militares alemanas estuvieron concebidas en función de un plan de ataque en dos frentes, a través de  rápidos movimientos. En el frente oriental, debía desplegarse una guerra de carácter defensivo, mientras que la mayor cantidad de tropas debían concentrarse en el frente occidental para destruir rápidamente al enemigo francés. Alemania puso en práctica el plan diseñado por el general del Estado Mayor A. Von Shlieffen e invadió Bélgica violando con ello la neutralidad de ese país. La intención era sorprender a los franceses por el norte y llegar hasta París en pocas semanas.
 Esta estrategia dio inicialmente resultados, dado que para fines de agosto de 1914, los ejércitos alemanes ya ocuparon un área importante entre París y Verdún. Pero entre el 6 y el 9 de setiembre, la batalla del Marne, la contraofensiva francesa detuvo el avance alemán hacia París y obligó la retirada de las tropas germanas. Sin embargo, unos meses después, al fracasar la ofensiva marítima de la Tiple Entente sobre las tropas alemanas, la guerra cambió su desarrollo: a partir de entonces, se llevó adelante la llamada guerra de posiciones o de trincheras.

La guerra de posiciones o de trincheras
El fracaso de las estrategias alemanas, llevó a una nueva lógica militar. Esta fue conocida como la guerra de posiciones o guerra de trincheras.
Las trincheras eran líneas de fortificaciones estáticas cavadas en el suelo, en las que convivían los soldados. Las trincheras servían de refugio y amortiguaban el efecto de las explosiones. Y abrió paso a la guerra de frentes estables que inmovilizó a los ejércitos en líneas de trincheras que se extendieron a lo largo cientos de kilómetros, desde el Mar del Norte hasta Suiza A una distancia relativamente cercanas, se encontraban ubicadas las trincheras del bando enemigo. El principio que regía esta forma de combate era el desgaste del ejército rival, es decir, causar, a partir de múltiples ataques, el mayor número de bajas para que le fuese imposible continuar la lucha. Luego se buscaba penetrar en el territorio contrario: a estas acciones bélicas se las denomino batallas de rupturas.
Durante este periodo, fue en el frente occidental donde se desarrollaron las batallas más importantes y sangrientas, que culminaron con un gran número de muertos. Algunas de las más notables fueron las de Ypres (1915), Somme (1916) y Flandes (1917). Pero la más importante, por su duración y la cantidad de bajas  fue la de Verdún, que se extendió entre febrero y diciembre de 1916.
En la primavera de 1916 tuvo lugar el hecho naval más importante de la contienda, la batalla de Jutlandia, que se saldó con un ligero triunfo de la flota alemana sobre la británica. No obstante, los buques alemanes se retiraron a sus bases, interviniendo en adelante sólo en contadas ocasiones y dejando el peso de la guerra en el mar a los submarinos.

Crisis de 1917 y el ingreso de Estados Unidos al conflicto
El equilibrio militar de finales de 1916 y la imposibilidad de dar fin a la guerra a corto plazo puso en dificultades a los beligerantes. Tropas y retaguardia fueron presa de una creciente desmoralización.
Durante 1917 se desencadenaron protestas de soldados y mandos que se transformaron en auténticos motines que fueron duramente reprimidos. La unidad política se quebró en el seno de cada una de las potencias e innumerables voces clamaron contra la guerra, exigiendo una paz negociada.
Tanto en Francia como en Gran Bretaña, la dureza de los combates en las trincheras, unida a la escasez de víveres y pertrechos, provocaron huelgas en la industria metalúrgica y la sucesión de una serie motines (primavera de 1917) que fueron frenados mediante numerosos fusilamientos.
Rusia constituyó sin duda el escenario más convulso de esta etapa. Presa de un fuerte descontento motivado por la escasez de víveres y los continuos descalabros militares, sufrió diversos motines que finalmente desembocaron en la Revolución de febrero de 1917.  Meses más tarde, en Octubre de 1917, un golpe de estado y alzó al poder a los comunistas de Lenin. Éste entabló conversaciones con las potencias centrales con el fin de poner término a la guerra en el frente oriental, hecho que se materializó finalmente con la firma del Tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918.
Sin embargo, la entrada en guerra de Estados Unidos (también lo hizo Grecia) en la primavera de 1917 alteró radicalmente las expectativas de alemanes y austro-húngaros: supuso la apertura de un nuevo frente en los Balcanes pero, ante todo, la irrupción de una potencia extraordinaria que con su formidable peso económico, demográfico y militar, inclinó la balanza definitivamente del lado de los aliados. 
Las razones que llevaron a los estadounidenses a intervenir en la guerra se debieron en parte a la agresiva ofensiva en el mar desarrollado por los alemanes (1915 el hundimiento del Lusitania). Las tesis belicistas se habían logrado imponer a las más moderadas y Alemania había declarado una guerra submarina total.
También influyó en esa decisión la interceptación por los servicios de espionaje británicos del llamado "Telegrama de Zimmermann" por el que Alemania daba instrucciones a su embajador en México para que intentase incorporar a este país en la contienda en contra los Estados Unidos.   El 2 de abril de 1917 el presidente Wilson declaró la guerra a Alemania.


El final de la guerra y sus consecuencias

El ingreso de EEUU en 1917 volcó la balanza de la guerra hacia el lado de la Entente. Durante 1918, el retroceso de los Imperios Centrales, fue notorio. En setiembre de 1918, se produjo la reunión de los mandos militares austriacos y alemanes, en la que se reconoció la inutilidad de continuar la guerra, aunque se plantearon desacuerdos acerca de la forma en que debía llevarse a cabo el armisticio. En octubre, ante la presión de su ejército, el gobierno alemán solicito al presidente  norteamericano, Wilson, el fin de las hostilidades;  a cambio este exigió la evacuación de los territorios ocupados.
Además de la situación externa, Alemania enfrentaba graves problemas internos: crisis económica, levantamientos populares y una sublevación en la base naval de Kiel fueron las razones que llevaron el 9 de noviembre a la abdicación del káiser Guillermo II y a la proclamación de la República. Dos días más tarde, Alemania firmo el armisticio lo que marcó el fin de la Primera Guerra Mundial.


La conferencia de París y la reconstrucción del mapa europeo
Durante los meses siguientes, los otros países integrantes de los Imperios Centrales fueron, uno tras otro, firmando el fin de las hostilidades. En enero de 1919, comenzó en la ciudad de París la Conferencia de Paz. En ella participaron los representantes de las potencia vencedoras quienes, acompañados por expertos  (geógrafos, diplomáticos e historiadores), acometieron la misión de reconstruir el mapa europeo. Inicialmente, la base de las discusiones fueron los llamados 14 Puntos de Wilson que, entre otras cosas, sostenían la necesidad de establecer nuevas fronteras entre los países, a partir del principio de autodeterminación de los pueblos.
El problema radicaba en que nadie tenía claro sobre la base de qué criterio objetivos podían establecerse una frontera o definir qué era una nación. Estos fueron algunos de los puntos de debates mientras duraron las negociaciones de paz, sobre todo, porque quienes participaron de ellas tenían posturas diferentes sobre la idea de la autodeterminación. Por ejemplo, lo franceses estaban preocupados por debilitar a Alemania, mientras que los italianos señalaban la necesidad de respetar las fronteras naturales y atender a la viabilidad económica de los nuevos Estados. A su vez, los británicos y estadounidenses sostenían que, al trazar las nuevas fronteras, era necesario atender a los principios etnográficos respectos de los pobladores.
En definitiva, en la definición de las fronteras entre los nuevos Estados surgidos del desmembramiento del Imperio austro-húngaro y la redefinición de los países balcánicos y bálticos, fueron utilizados criterios geopolíticos, estratégicos y étnicos. La necesidad de evitar un nuevo crecimiento de Alemania y el temor a una expansión del comunismo desde Rusia fueron los motivos que movieron la creación de los nuevos Estados europeos: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia y Hungría.

El Tratado de Versalles
 El primero de los tratados de paz, firmado en el marco de la Conferencia de parís fue con Alemania. Este se los conoce con el nombre de tratado de Versalles. En primer lugar, se determinaron las nuevas fronteras de Alemania: entre los cambios más significativos, se devolvió la región de Alsacia-Lorena a Francia, Danzig se convirtió en ciudad libre (bajo la autoridad de polaca) y la población de las zonas fronterizas junto al nuevo Estado polaco fue sometido a un plebiscito para que definiera su incorporación a Alemania o a Polonia. A su vez, la región del Sarre (con minas de carbón) fue puesta bajo el control de la Sociedad de las Naciones durante quince años, aunque su administración quedo a cargo de Francia. Además, se obligó a Alemania a renunciar a sus colonias, a reducir su ejército a solamente cien hombres, a eliminar el servicio militar obligatorio y a fabricar material de guerra, entre otras cláusulas.
Lo más importantes de todo es que se definió que Alemania era la única responsable por el inicio de la guerra. Por ese motivo, se decidió que debía pagar cuantiosas reparaciones a los países vencedores, es decir, el desembolso de dinero durante un periodo determinado, además de entregar anuales de carbón, ganado y la mitad de la producción química y farmacéutica durante cinco años.
Cuando las condiciones del tratado se hicieron públicas en Alemania, fueron vistas por la sociedad entera como una humillación y una injusticia. Así comenzaron y se reforzaron las teorías que señalaban que Alemania había sido “apuñalada por la espalda”. Esto produjo que una situación de gran inestabilidad política durante los primeros años de la República.

La Creación de la Sociedad de las Naciones
La primera parte del Tratado de Versalles establecía la creación de un organismo internacional encargado de garantizar la paz y el restablecimiento de las relaciones internacionales. Esta institución fue conocida con el nombre de Sociedad de las Naciones.
Si bien en sus estatutos la institución proclamaba que su objetivo era la integración de todos los países del mundo, se excluyó inicialmente a Alemania, Turquía y Rusia, aunque en las décadas sucesivas fue aceptada su incorporación. El otro país que no integró nunca fue Estados Unidos, aunque la institución había sido creada por sugerencia de su presidente Wilson.
Durante sus años de existencia, la Sociedad de las Naciones arbitro en diferentes conflictos internacionales, pero a la larga fracasó en la intervención en problemas que involucraban a los principales países europeos, como en el caso de Francia y Alemania cuando el primero decidió, en 1923, la invasión de la cuenca alemana del Ruhr.

 Los otros tratados de paz
 Luego dela paz con Alemania, se firmaron distintos tratados con las potencias vencidas. El tratado de Trianon (junio de 1920) fue firmado con Hungría, que debió ceder territorios a Rumania, Yugoslavia, Austria, Croacia y Checoslovaquia. El tratado de Saint Germain (setiembre de 1919) resolvió los asuntos con Austria, que fue reducida a sus límites actuales. Con Bulgaria, se firmó el tratado de Neully (1919), en el que redefinieron las fronteras con Grecia, mientras que por el tratado de Sèvres, Turquía tuvo que ceder prácticamente todo su territorio europeo a Grecia, lo que sería la causa de nuevos tratados, el de Lausanne.

Bibliografía: Historia, La Argentina y el resto del mundo (primera mitad del siglo XX); Ed. Sm, 2012.


Actividades

Entrega: el siguiente trabajo deberá enviarse al siguiente correo samrg1985@gmail.com, el cual debe constar de Apellido y curso.
Fecha de entrega: 10/04/2020
Horario de consulta: de lunes a viernes de 09:00 a 17:00 hs.
Todos los alumnos deberán tener las actividades en sus respectivas carpetas

1) ¿Cuáles fueron las principales causas que llevaron al estallido de la Primera Guerra Mundial? Explicar
2)  Explicar el significado de la siguiente frase: “El principal conflicto en el Imperio Austrohúngaro era la existencia de múltiples minorías nacionales”
3)  Relacionar: Nacionalismo-Imperialismo- Guerra
4)  ¿Quién era Bismarck y el sistema bismarckiano? ¿Qué periodo se conoce como la Paz Armada y que significaba?
5)  Expliquen cómo fue posible que un hecho puntual, como el atentado del archiduque, desencadenara un conflicto bélico en toda Europa.
6)  Completar el cuadro con los principales combatientes en cada bando:

Triple Alianza
Triple Entente





7)   Investigar qué relaciones existieron entre industria y tecnología en la guerra. Explicar brevemente las características de la guerra
8) ¿A qué se llamó guerra de movimiento y guerra de posiciones?
9)  ¿Cuáles fueron los problemas que surgieron en las potencias durante 1918? ¿Qué razones llevaron al cambio de posición de los Estados Unidos con Respecto al conflicto bélico?
10)  Investigar e indicar en un mapa de Europa cuáles fueron los nuevos Estados que surgieron luego de la Gran Guerra.
11)  Completar el siguiente esquema:
 
12)  Ordenar los siguientes acontecimientos de manera cronológica:
a.      Ingreso de los Estados Unidos a la Primera guerra mundial.
b.      Declaración de guerra a Serbia por parte de Austria.
c.       Primera Guerra de los Balcanes.
d.      Abdicación del Zar Nicolás II.
13)  Completar el siguiente cuadro, el cual resumen el tema tratado:
PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Antecedentes
Contendientes y etapas de la guerra
Tratados de paz
Consecuencias
Sociales y culturales
Económicas
políticas

























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