La Escuela Técnica "ASTILLERO RÍO SANTIAGO"cumple 65 años este 30 de junio.
Por tal motivo, este 2 de julio, a las 9 horas, se realizará un acto celebrativo abierto a la Comunidad Educativa, en las instalaciones del Establecimiento Escolar |
El siguiente fragmento del libro "UN SENTIMIENTO LLAMADO ASTILLERO" (Raúl Corzo, 2011) recrea parte de su rica historia:
"Sobre el precedente de la Escuela de Aprendices
Operarios de la Base Naval
Río Santiago se
creó, en principio, la Escuela de Aprendices de Fábrica, hoy Escuela
Técnica Privada de Fábrica "Astillero Río Santiago”, que comenzó a
funcionar el 30 de junio de 1953 y cuyo objetivo fundamental es "formar
recursos humanos para la
Industria Naval. "[1]
- La
Escuela empezó en
julio y yo había ingresado en mayo de 1953 –relata Roberto Gentili en el
2001 - así que debo ser el primer
aprendiz, entré con 16 años. A la
Escuela asistía también gente mayor, entre ellos, un
compañero Morales que se encuentra jubilado y llegó a ser Maestro de Aprendices
en Estructura. En mi caso, tengo un récord, di cursos a tres generaciones:
abuelo, padre e hijo.[2]
En el 2001 José Luis Odorizzi[3]
brindó un excelente testimonio sobre cómo se desarrollaba el proceso educativo:
- En el año 1958 ingresé a la Base Naval de Río
Santiago, en la Escuela
de Aprendices, donde estudié tornería tres años, hasta que en 1961 vine al
Astillero. Mi afán era progresar y me habían dicho que esta empresa era lo
máximo en potencial y tecnología. Aquí me dieron máquinas y herramental nuevos
que me resultó algo grande porque tenía tecnología de punta, había herramientas
que no conocía. Me fueron llevando de la mano un montón de gente, entre ellos
un hombre, Omar Fidalgo, al que le debo todo lo que sé hasta el día de hoy. El
me indujo a mejorar en calidad de trabajo y a perfeccionarme. Así hasta que
integré un grupo que hacía trabajos de precisión en los motores Sultzer que se
hacía acá.
En 1976 fui elegido
entre 31 torneros para hacer un curso de instructor de formación profesional en
la escuela industrial. El mismo constaba de 279 horas y estuvimos tres meses
haciéndolo con otra gente de Mecánica, entre ellos Osvaldo Peroni, actual
capataz del sector. Gracias a esto me fui perfeccionando ya que hice cursos de
Planeamiento a nivel taller, sobre estudio dirigido, dictado por el Instituto
Superior del Profesorado Técnico, Metodología de Recursos Didácticos y de la Enseñanza , Metrología
Mecánica, expresión oral y escrita, control numérico, evaluación, etcétera Es
decir, una serie de cursos que me fueron capacitando para la entrega del
conocimiento a los alumnos.
La diferencia en la
calidad de mano de obra está en que antes había más artesanía. Había que
rebuscarse con piezas de precisión a veces sin haber elementos. Por ejemplo, en
la Base Naval ,
cuando teníamos que clavar un buje en una carcasa o hacer un eje, lo único que
había era un calibrador lamentablemente malo. Trabajábamos con compás interior
– exterior y las piezas funcionaban bien. O sea, todo lo que se tendría que
hacer con un micrómetro o con instrumentos de medición moderna se hacían con
compases, tomando medidas. ¡Era una cosa de locos! Ahora que tenemos de todo,
cuando nos falta el micrómetro nos agarramos la cabeza porque pocos saben usar
un compás.
*****
Esta institución escolar
acompañó, en una simbiosis casi total, los ciclos de vida de la fábrica de
barcos de la cual depende: En la década del ’90, en momentos de seria crisis de
supervivencia de la empresa, la escuela estuvo a punto de cerrar Por entonces
sólo contaba con 10 alumnos, el Director Miguel Hermann, el Secretario
Académico y un Instructor de Taller. La salida encontrada para el
establecimiento se produjo cuando Astillero Río Santiago, una empresa estatal
nacional dependiente hasta ese entonces del ministerio de Defensa, fue
transferida a la órbita provincial.
Asumida por parte del Estado bonaerense la
necesidad de mantener la razón social del establecimiento como empresa de
construcción naviera, la escuela recuperó su espacio y posibilidades de
existencia; aunque no sin costos ya que debió adaptar sus planes de estudios al
nuevo ámbito de actividades. De este modo, la E. T. A. R. S., comenzó una transición de ser una
Escuela Técnica, con práctica de taller para formación de Técnicos Mecánicos,
con exclusiva asistencia masculina, a reconstituirse como una escuela de
enseñanza Polimodal mixta.
El camino de formación de trabajadores navales, vía
la escuela, complementaba el recorrido realizado por otros jóvenes a través de
la práctica directa del oficio. En
diciembre del 2003, al momento de jubilarse, Amador Cabrera,[4]
comentaba como adquirió y se había perfeccionado en su oficio:
- Ingresé a los 16 años un 5 de febrero de 1954. Mi oficio es de
Calderero Naval y también tuve un gran conocimiento sobre trazado naval en
Gálibos. Me inicié como aprendiz en aquella época en lo que hoy es el Taller de
Estructura, después con el correr del tiempo me mandaron a Gálibos, que era
donde se trazaba todo el buque anteriormente, antes de que la tecnología fuera
tan avanzada y viniera máquinas como la Logatome[5] que
suplantó a más de 20 operarios.[6]"
[1] Esta fue siempre una preocupación de Edmundo
Manera como lo demuestra su artículo “El problema de las construcciones navales
en el país, con especial atención a la formación del personal” (Revista Servir,
nº 15, 1937). Este hombre, pionero de la industria naval tan ligado a nuestra
historia, fallece en 1985 a
los 90 años.
[2] De oficio Cobrero,
veterano de 43 construcciones navales realizadas en Astillero, Gentili se
recibió de Instructor en 1974, ascendió a Supervisor en 1983 y se jubiló en el
2002.
[3] Odorizzi es Instructor de Tornería de la
ETARS desde 1979.
[4] Secretario
General de ATE Ensenada en el período 1991 –1995 Supervisor e Instructor en el
Departamento de Capacitación
[5] Marca de una grúa móvil.
[6] Reizanthaler, Romina - Gómez, Paula, Los
Pibes del Astillero (Diciembre 2003)